En una campaña de aceitunas como la que hemos vivido, donde las estimaciones de producción de aceites a nivel nacional han rondado la cifra de 1.800.000 toneladas (lo que viene a ser record absoluto en aceite producido) se nos vuelve a plantear una vez más la rentabilidad de nuestro olivar, un cultivo caracterizado por unos altos costes y una producción baja en buena parte de las explotaciones. Según estudios recientes, el coste de producción de 1 kg de aceite en campo para un olivar medio en secano con un grado de mecanización medio supera los 2,20 €/kg siendo este valor superado con creces en algunos casos.
Si comparamos dicho coste de producción anterior al precio de mercado en lo que va de año: en torno a los 2 €/kg aceite de media para los vírgenes extra y bajando, es obvio que una buena parte de nuestro olivar está inmerso en una falta de rentabilidad manifiesta, que se cubre actualmente con las subvenciones PAC, aunque con un futuro incierto, habida cuenta que estas ayudas van perdiendo asignación económica.Ante esta situación, que todo hace pensar va a tener continuidad en el tiempo, solo nos cabe bajar nuestros costes de producción y mejorar nuestros rendimientos por hectárea.
Es obvio que cada olivar responde a una singularidad propia, y lo que se pueda acometer en uno no tiene por qué ser lo mismo que en los otros. Lo que está claro que la forma más evidente de aumentar las producciones es la instalación (donde se pueda) de sistemas de riego. Según los estudios para olivares medios con grados medios de mecanización, los costes de producción por Kg. de aceite producido en campo bajan de los 2 €. Los sistemas de riego deben de dimensionarse adecuadamente a fin de garantizar una correcta gestión del agua y un aprovechamiento óptimo de esta.
Otros aspectos que influyen notablemente en las producciones y rendimientos son la variedad, tipo de suelo, posibilidad de mecanización, manejo…
A este respecto, en olivares establecidos solo podemos actuar a nivel de manejo. No obstante, en nuevas plantaciones, un correcto marco de plantación y una variedad adecuada a la zona puede ser la diferencia entre una plantación rentable o inviable, pues el poder mecanizar la plantación es fundamental de cara a disminuir los costes de producción y una variedad adecuada es la diferencia entre obtener producciones adecuadas o insuficientes. Y, como decíamos al inicio, los males de nuestro olivar son los elevados costes de producción y los bajos rendimientos.
Desde la Cooperativa se van a poner los medios técnicos para asesorar sobre variedades adecuadas a cada zona, así como para dimensionar y legalizar sistemas de riego en aquellas explotaciones que tengan opción de acometerlas, de manera que se pueda ir mejorando la rentabilidad de nuestros olivares.
Del mismo modo, somos partidarios de la diversificación agraria, buscando alternativas de cultivo a nuestros campos a fin de poder tener otras opciones y evitando así el monocultivo. Es por ello que desde la Cooperativa vamos a estudiar otras alternativas, tanto leñosas como herbáceas, con el objetivo de hacer más viable nuestra agricultura.
RENTABILIDAD Y OLIVAR
FALTA DE RENTABILIDAD DEL CULTIVO Y FORMAS DE MEJORARLO