Por estas fechas, en la comarca de la Sierra de Cádiz, el olivo suele estar en floración, con diferencias que pueden llegar al mes desde las zonas más tempranas (Algodonales, Zahara de la Sierra, ….) a las mas tardías (Setenil de las Bodegas, Alcalá del Valle) y dependiendo de otros factores como la orientación del olivar, variedad, clima, etc.
Las plagas no entienden de fechas a la hora de producir daños a los cultivos en general y al olivo en particular. En cambio, sí son capaces de detectar los diferentes estados de desarrollo del cultivo, de forma que cada plaga (las enfermedades dependen más de las condiciones climáticas que del estado fenológico del cultivo) ataca a diferentes órganos en diferentes estados de desarrollo.
En floración y cuajado de fruto la plaga que ataca es el prays. La teoría dice que hay que tratarla con el 20% de flores abiertas para bajar la población y que la generación que afecta al fruto no sea muy numerosa, minimizándose de esta forma los daños. La práctica, sin embargo, nos dice que si ese tratamiento no se realiza de forma masiva (todos los agricultores de una zona) no sirve para nada, por lo que es mejor tratar cuando el fruto tenga el tamaño de una pimienta. Se aprovecha además las circunstancia para poner en la cuba de tratamiento un abono que nos cubra las necesidades que el olivo tiene en este momento de rápido crecimiento del fruto.